Han pasado aproximadamente dos años desde que diste a luz. Tu hij@ quizás ya gatea o camina. Empieza a descubrirse y a darse cuenta de que se diferencia de su madre, a quien ha estado unid@ desde que nació.
Aunque siempre estás presente para tu hij@, aparece otra figura en escena que va a ser muy importante: EL PADRE O TU PAREJA.
Y llega el momento de distanciarse, aunque siempre vas a estar ahí, presente. Este es un momento muy importante en la maternidad porque, igual que tu hij@ se está descubriendo, tú también.
Cambio de mirada
Hasta ahora tu mirada ha estado dirigida a tu bebé, habéis sido uno, has estado muy pendiente de sus necesidades y de satisfacerlas (y debe de seguir siendo así, pero de otra manera). Ahora, por la etapa evolutiva de tu hij@ donde necesita que le proporciones autonomía, puedes cambiar tu mirada y empezar a “verte”. Verte no solo como madre, también como mujer.
Aparece "La nueva Tú"
Y, ¡sorpresa! ¡No eres la misma! Eres una nueva versión de ti. LA NUEVA TÚ. Ahora es el momento ideal para que recapacites si te despediste de aquella mujer que eras. Si aún no lo has hecho, te animo a que lo hagas porque ya no va a volver. Pocas veces utilizo “jamás”, “nunca” o “siempre”. Esta ocasión es una excepción.
En el momento en el que entraste en “el planeta parto” empezaste una transformación y sigues en ello, aproximadamente dos años después. Tengo una noticia. Te vas a continuar transformando.
Y me puedes decir que eres la misma y que no ves nada diferente en ti. Lo siento, no es así.
Maternidad consciente
En este punto me gustaría hablarte de lo importante que es que pongas consciencia y de que conozcas el término “maternidad consciente”.
Ahora te puedes preguntar: “si estamos hablando de mí como una nueva mujer, ¿qué hace aquí el término maternidad?”. Esto es parte de la transformación.
Hasta que has sido madre, has podido realizar tu crecimiento personal de una manera muy diferente a ahora. La nueva tú nace en esta maternidad y, a través de la relación emocional con tu hij@ y la crianza, te pones en contacto con tu vínculo primario removiendo los cimientos.
Tu nuevo rol: ser madre
No es casualidad que empiecen a aparecer necesidades, intereses, inquietudes distintos a los que tenías anteriormente. No es casualidad que empieces a plantearte la vida y el futuro de forma diferente ni que sientas la necesidad de cambiar. Tampoco que, desde la maternidad, cambie la relación con tus padres (sobre todo con tu madre). Es el momento perfecto, para empezar a hacer ese cambio de mirada hacia a ti como MUJER, siendo muy consciente de cuál es tu nuevo rol: SER MADRE.
El problema es que no todo es tan sencillo.
Me gustaría que te hicieras algunas preguntas:
¿Sabes y puedes mirarte de forma consciente?
¿Puedes reconocer tus necesidades y satisfacerlas, en la medida de lo posible?
¿Puedes poner y ponerte límites?
¿Puedes cuidarte y automaternarte?
¿Reconoces tus emociones?
Si la respuesta es sí a todo, lo celebro. Si no, hay que ponerse manos a la obra porque: tal y como te sientas hoy, tal y como te hables (diálogo interno), te trates, y te cuides a ti y a los demás, nos va a hablar de tus heridas. ¡Y es maravilloso! Porque es aquí donde vas a poner consciencia para cambiar, transformarte y ocuparte de ti.
En la medida que aprendas a hacerlo hoy y ahora, poniendo consciencia y responsabilidad, no dudes que es lo que le vas a transmitir a tus hij@s.
Crecimiento personal
Haciendo este trabajo de autoconocimiento y crecimiento personal, a través de ti y de la maternidad (maternidad consciente), vas a poder enseñarles a tus hij@s muchas cosas:
• Reconocer sus necesidades.
• Reconocer sus emociones.
• Quererse (autoestima).
• Tener un diálogo interno amable.
• Crear una relación sana con ell@s mismos, amigos, pareja, y no basadas en la dependencia o aislamiento.
• Sentirse seguros de sí mis@s.
Y lo mejor, es que esto se va a transmitir de generación en generación, dejando atrás todo lo que nos han estado metido en la cabeza, durante años, en nuestra sociedad. No sientas miedo, hazlo. ¡Descúbrete!
Cuidarse no es egoísta, es un acto de amor.
