Para acompañar a un niñ@ es necesario el autoconocimiento

Sé que el título de este artículo puede sonar un poco rotundo y también que habrá personas que se pregunten qué tiene que ver el autoconocimiento o el trabajo personal con acompañar a un niño o niña en sus diferentes etapas evolutivas. Me gustaría mostrarte en este artículo la importancia que tiene. 

¿Quién acompaña a un niñ@?

Figuras de referencia

En primer lugar, es importante ver al niño como un todo y de una manera integral, por lo que no solo recibe la influencia de sus padres sino también de su entorno y de los profesionales que lo acompañan en la guardería, en la escuela, en un hospital o institución. Todas estas personas van a ser importantes y las va a tener como referencia. 

 

Quien sea que pueda ser una figura de referencia, lleva consigo un niño o una niña interior. Sin excepción, está presente en todos nosotros. Este niño o niña que fuimos, del cual desconectamos sobre los 5 años, tuvo un vínculo primario materno y paterno (o no, lo que también va a ser muy importante en su evolución) a partir del cual desarrolló un tipo de apego con el que  se fue construyendo hasta convertirse en lo que hoy es: un adulto. La forma de apego (seguro o inseguro) va a influir en la forma cómo este adulto se ve, está en el mundo y se relaciona con él. También va a influir en sus relaciones, sea de la índole que sean. De la misma manera es importante saber que nuestra autoestima y seguridad se empiezan a gestar desde el vínculo primario.

Acompañar a un niñ@

De forma inevitable, ese niño que llevamos dentro tiene heridas que también han marcado su evolución hasta la edad adulta y que que se mantienen en nuestro inconsciente. Algunas heridas pueden ser la sensación de abandono, la falta de reconocimiento, de validación, de aceptación, injusticia, entre otras.

¿Qué conseguiremos con el autoconocimiento?

A partir de nuestro presente poder identificar nuestro sistema de apego y nuestras heridas. Estoy segura que en algún momento te has preguntado por qué reaccionas como reaccionas en alguna situación, de dónde viene tu inseguridad, por qué odias los conflictos, por qué sientes tanta rabia, por qué te cuesta poner límites, por qué te hablas a ti mismo o a ti misma como te hablas, por qué tienes ese autoconcepto, por ejemplo. 

 

Pues bien, las respuestas las obtendrás en el autoconocimiento, en la detección de tus heridas y el reconocimiento de tu sistema de apego. En terapia, es muy importante tomar consciencia y responsabilizarnos de todo ello. Entender, que nuestros padres o figuras de referencia tienen mucho que ver en la creación de esas heridas, que hicieron lo que pudieron y que también fueron niños e hijos.

 

¡Ok! Pues con todo esto, nos ponemos delante los niños que son auténticos maestros y que nos van a recordar en muchos momentos cuáles son esas heridas. Sus rabietas van a ser tus rabietas, sus llantos y cómo se sienten en un momento determinado ante alguna situación también van a formar parte de ti. Ante cualquier situación vas a re-accionar o actuar en función de tu experiencia y tu mochila emocional.

Tu niñ@ interior

En el caso de la maternidad y paternidad, el tema se complica ¿Me permites que te diga algo?

Va a haber momentos en los que no te vas a sentir nada orgullosa o orgulloso de la reacción que has tenido delante de tus hijos e hijas. Y está bien. Haces lo que puedes. Sí que es importante que tomes consciencia de qué te ha ocurrido, con qué has conectado para re-accionar y no actuar. Es muy probable que esa niña o niño que llevas en tu interior haya perdido lo nervios, no se haya sentido escuchado, validado, visto/a por ejemplo. De ahí viene tu reacción.

Algo que también es importante es que los pequeños sean muy conscientes de quién es el adulto pero este adulto también ha de mostrar su humildad y vulnerabilidad y pedirle perdón si se ha equivocado en un momento determinado. Esto es algo muy valioso que debemos enseñar a nuestros hijos e hijas. No podemos olvidar que los pequeños hacen lo que ven y no tanto lo que les queremos enseñar de otras formas.

 

Con el autoconocimiento vamos a aprender a “verlos”, aceptarlos, validarlos y ponerles límites ya que podremos ser más empáticos. 

Acompañar a un niñ@

Teniendo en cuenta todo esto, ahora te animo que mires a tus hijos e hijas o a los niños que acompañas si por ejemplo eres profesor/a o profesional que trabaja con niños. Siendo consciente de lo que te he explicado en líneas anteriores, ¿no crees que  es importante el autoconocimiento?

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